El Baúl: las colecciones de la FAHHO / FAHH
Autor: Sebastián van Doesburg (UNAM /BIJC).
Los distintos pueblos que hoy habitan el territorio del estado de Oaxaca son portadores de una asombrosa diversidad cultural. Miles de años de convivencia con una geografía accidentada y una flora y fauna variada obligó a las primeras comunidades a adecuarse y especializarse, aunque siempre apoyadas por un intenso intercambio de ideas y objetos con otros, a veces con distancias sorprendentemente largas. El resultado de esta extensa trayectoria es un abanico de expresiones y conocimientos culturales vivos y la existencia de un patrimonio arqueológico e histórico de gran importancia que documenta su devenir. En muchos aspectos, este patrimonio destaca por ser muy particular y característico de su espacio, de acuerdo con las experiencias vividas en estas tierras, rasgo que lo hace especialmente valioso en el contexto nacional e incluso mundial. Desde las ciudades y sociedades complejas prehispánicas, pasando por los dramáticos años de la colonización española y el inicio de una convivencia forzada y complicada con sus representantes, profundos procesos de adaptación y adecuación resultaron en la actual situación donde a veces parecen coexistir en Oaxaca dos mundos distintos, y, a su vez, profundamente interdependientes y entreverados: las culturas de la ciudad y sus satélites y las culturas de las numerosas comunidades indígenas. Sin embargo, entre estas dos no hay un vacío, sino un espacio de transición donde se tejen mil conexiones que son constantemente negociadas. Numerosos testimonios culturales, tanto del pasado como del presente, dan cuenta de las complejas relaciones entre estos dos mundos, relaciones tan entretejidas que ni siquiera tendrá sentido esbozarlas en el corto espacio de este texto introductorio. Por cierto, tal complejidad social —que puede expresarse en seguida por medio de episodios de violencia— es a la vez tierra fértil para el arte y la invención o innovación constante, por lo que Oaxaca es, al mismo tiempo, un caldo de cultivo para numerosos experimentos y experiencias sociales y culturales. Al crearse la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca hace más de veinte años, este panorama constituyó el telón de fondo y la condición natural para buscar en qué aportar a las comunidades y colectivos para la protección de su patrimonio y medio ambiente, la revalorización de sus culturas y la mejora de la vida y la educación en general a partir de distintos puntos de vista. Desde un inicio, la FAHHO concentró su trabajo en ocho campos de acción: educación, cultura y conservación del patrimonio, salud, asistencia social, medio ambiente, apoyo en desastres naturales, deporte y proyectos productivos. Sin embargo, dentro de este panorama, son los proyectos de cultura, conservación del patrimonio y medio ambiente donde decidió operar los propios en el seno de la Fundación.
Aun así, el terreno cubierto es amplio y diverso. Por ejemplo, a lo largo de su existencia, la FAHHO ha creado y abierto al público varios acervos culturales importantes que representan los intereses de sus fundadores y colaboradores más comprometidos. Podemos reconocer temas como el arte textil, que en Oaxaca ha llegado a grandes alturas de las manos de tejedores de las comunidades indígenas; la filatelia y numismática, parte del clásico coleccionismo; los archivos históricos, fuentes indispensables para conocer la trayectoria de las culturas de Oaxaca y, por supuesto, las bibliotecas especializadas de todo tipo: para niños, para investigadores del pasado y de la diversidad cultural de Oaxaca, y para literatos o amantes de la lectura. Al mismo tiempo, se ha buscado aportar a la conservación y restauración del patrimonio arquitectónico edificado, artístico y documental de Oaxaca, colaborando con instituciones como el INAH, el municipio, con instancias internacionales o de manera individual. Por supuesto, este ramo de la Fundación, iniciado en 1994, tuvo su origen con la participación de Alfredo Harp Helú en la restauración del exconvento de Santo Domingo —en ese momento por medio de Fomento Social BANAMEX— y la Capilla Abierta de Teposcolula por cuenta propia; la formación de Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México (ADABI) en 2003 y la fundación de la Casa de la Ciudad y el Taller de Restauración en 2004.
Además de lo anterior, son de interés las expresiones actuales y la innovación que surgen de la creatividad de las y los oaxaqueños inspirados en su vasto legado cultural e histórico. En este sentido, las colecciones no son concebidas solo desde la perspectiva de la conservación, sino, sobre todo, para servir de inspiración y fuente de información. Esta mirada a la actualidad y al futuro permea muchos de los proyectos de la Fundación. Con el crecimiento de las colecciones vinieron las reflexiones sobre su accesibilidad y la necesidad de adoptar las nuevas tecnologías que se insertaban en la vida de las personas en todo el mundo para ofrecer un nuevo acceso. Cuando en 2012 se inauguró la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova (BIJC), se propuso trabajar el tema de manera sistemática. Desde el inicio, la filosofía era trabajar con aplicaciones de código abierto y minimizar la dependencia de las grandes empresas de la gestión bibliográfica y de colecciones. La idea era diseñar un sistema hecho a la medida que pudiera servir no solo para las necesidades de la Fundación, sino también para las de otras instituciones culturales de Oaxaca que no disponen de los fondos para pagar los servicios profesionales de las empresas. Un sistema creado así no solo significa que lo puede gestionar y manipular el personal local capacitado, sino también permite adaptarlo a diferentes situaciones y tamaños.
El primer grupo de trabajo que se formó para explorar este camino se constituyó por personal de la bijc, del Museo de Filatelia y de la Biblioteca Francisco de Burgoa perteneciente a la uabjo, pero aliado histórico de la fahho. Posteriormente, otras filiales se unieron a la iniciativa. Ya que la catalogación es un proceso lento y la integración de un portal debe tomar en cuenta las características distintas de las colecciones e instituciones que las resguardan, la primera etapa fue más bien un trabajo casi invisible; sin embargo, puso las bases para lo que sería el portal de la fahho en línea que ahora se presenta. Además, la inercia de los proyectos y actividades diarias no nos pemitían trabajar de lleno en un portal, y aún no sentíamos la urgencia de contar con presencia en línea. Suficiente trabajo había al atender las necesidades de servicio y conservación a diario. No obstante, esto iba a cambiar muy pronto. La aparición de la actual pandemia por el sars-cov-2 en diciembre de 2019 hizo evidente la urgencia de tener los catálogos y acervos accesibles en línea. El cierre de las bibliotecas y museos significó un golpe para la Fundación, cuya labor no es otra que la de compartir sus acervos y los de otras personas e instituciones con el público de Oaxaca, en forma de bibliotecas, archivos, exposiciones, eventos y conciertos, sea para la población local o para los visitantes. En consecuencia, se decidió usar el tiempo de la pandemia para trabajar aceleradamente en la catalogación y digitalización de las colecciones y conformar el portal de acceso a las colecciones llamado Baúl fahho. Su logo está inspirado en el machimbrado “en cola (escalonada) de milano”, tan típico de los antiguos arcones de Choapan de los que la bijc resguarda varios. Al mismo tiempo, se diseñó el nuevo sitio web de la Fundación que sirve como una presentación de la misma y en la que encontramos información sobre los objetivos, la misión y la visión, pero también sobre el equipo y las distintas iniciativas que la conforman, de las cuales, varias mantienen sus propios sitios web. Ahora, por primera vez, la fahho se presenta en línea con un portal integrado, de manera conjunta y articulada, que explica qué es lo que hace, cómo y dónde, además de dar acceso a los distintos acervos. Dentro de ello estamos contemplando también la memoria institucional. A más de veinte años de haberse establecido la Fundación, estamos en un buen momento para mirar atrás y contemplar el amplio panorama de acciones y proyectos y todos los productos que de ahí surgen, como libros, revistas, exposiciones, grabaciones, fotografías, informes y memorias. Parte de este pasado está incorporado, pero aún le falta mucho. Esperamos que con el tiempo la plataforma pueda convertirse en bitácora y memoria de las actividades, exposiciones y publicaciones de la Fundación, desde su creación hasta la actualidad, como un complemento del Fondo fahho, una colección de la bijc que reúne todo lo que se ha podido agrupar de libros, revistas, folletos y otros formatos publicados por la Fundación en las últimas dos décadas. Por cierto, debemos reconocer que el portal no es un trabajo terminado y que no todo está catalogado (aunque sí inventariado), sino solo una primera etapa de un proceso que tendrá que actualizarse y complementarse constantemente. Actualmente, se cuenta con 44314 títulos catalogados y 5345 objetos digitales en línea. En los meses y años por venir, los equipos de la fahho seguiremos añadiendo y corrigiendo para asegurar que cada vez más información sea localizada de manera digital. En este sentido, es importante resaltar que la plataforma es el producto de un esfuerzo compartido que necesitará de la continua atención de todos para hacerla crecer. ¡Muchas gracias a quienes han participado en este gran proyecto!