COLOV-VI

COLOQUIO “MARIO MOLINA CRUZ” (COLOV 6)

Lenguas, literatura y pedagogía

La dedicatoria a un personaje destacado de las lenguas otomangues y vecinas para este sexto coloquio fue la primera que se decidió en el evento precedente (COLOV-5) mediante una sesión colectiva en la que opinaron y votaron los asistentes. Al haberse optado en dicha asamblea por homenajear al profesor y escritor yalalteco Mario Molina Cruz, esto se reflejó en un mayor énfasis en temáticas de literatura y pedagogía y una particular cercanía con la comunidad de origen de Molina Cruz, el programa de esta sexta edición se llevó a cabo del 24 al 27 de abril de 2014. No obstante, como siempre, el amplio rango de enfoques y el conjunto de las lenguas otomangues y vecinas estuvieron presentes en las actividades académicas, artísticas y culturales.

En las conferencias magistrales la Dra. Luz María Lepe disertó sobre oralidad y literatura zapoteca, el Dr. Rainer Enrique Hamel habló de la experiencia del proyecto P’urhepecha T’arhexperakua como un caso de vitalidad y modernización de las lenguas indígenas en contextos educativos y el Dr. Lyle Campbell compartió su perspectiva y la de su colega Eve Okura acerca de los nuevos conocimientos y retos que se derivan del Catálogo de Lenguas Amenazadas, proyecto en cuya coordinación ambos participan.

Los participantes en el encuentro pudieron elegir entre tres talleres que se realizaron de forma simultánea: uno sobre biogeografía y tradiciones textiles de Oaxaca coordinado por Alejandro de Ávila y Héctor Meneses; otro acerca de diversidad lingüística y el acceso a la justicia por la asociación civil CEPIADET y finalmente un tercero en el que se abordaron las características, construcción y función de las gramáticas pedagógicas.

Mario Molina Cruz (1955 – 2012)

Mario Molina Cruz nació en Villa Hidalgo Yalálag en 1955, en un entorno familiar y comunitario en el que cotidianamente se hablaba el dilla xhon (zapoteco de Cajonos). Al igual que para miles de niños de su generación su ingreso a la escuela implicó la castellanización forzada. Su vida personal y profesional -en sus vertientes pedagógica y literaria- estarían marcadas por su profundo deseo de revertir ese tipo de situaciones y abrir espacios en las aulas y en la literatura para las lenguas indígenas.

Desde muy joven se inició como profesor en comunidades de la Sierra Juárez y paulatinamente se capacitó en la lectoescritura del zapoteco. Combinó su trabajo docente en primarias bilingües de varias regiones indígenas de Oaxaca con estudios profesionales que le permitieron apuntalar teórica y metodológicamente su labor. Como profesor, y más tarde como funcionario del sistema educativo, impulsó el desarrollo de talleres de lectoescritura, materiales didácticos y programas de estudio que integraron las lenguas y las culturas indígenas, en los cuales tuvo un papel muy importante el empleo de alfabetos prácticos. Participó en la planeación e impulso de la Escuela Normal Bilingüe e Intercultural de Oaxaca.

También desde temprana edad Mario Molina manifestó gran curiosidad por las tradiciones de Yalalag y una inclinación por plasmar su creatividad por escrito. A principios de la década de los 90, mientras estudiaba en la ciudad de México participó en la fundación de la Asociación de Escritores en Lenguas Indígenas y reforzó su vocación literaria. Escribió y publicó varios poemarios bilingües en español y zapoteco inspirados en el entorno natural, la vida cotidiana y el ritual de los pueblos zapotecos. Sus “Cuentos de Lachibeyid” recibieron el premino Andrés Henestrosa y por su obra más ambiciosa, la novela bilingüe “Pancho Culebro y los naguales de Tierra Azul” fue galardonado en 2006 con el Premio Nezahualcóyotl, máximo galardón en la literatura mexicana en lenguas indígenas. No perdió de vista
la importancia de la oralidad para las comunidades, por lo que trabajó durante más de dos años para llevar esta obra al formato de radionovela tanto en español como en zapoteco. Molina Cruz falleció el 20 de marzo de 2012, legando en su obra literaria
y en sus propuestas pedagógicas la tarea de valorar y transmitir la lengua zapoteca, “para que la luz del sol no se pierda”.

Un aspecto a destacar es que Mario Molina Cruz, al igual que lo había sido Thomas Smith-Stark, fue entusiasta participante y ponente de ediciones anteriores del colov, por lo que los homenajes póstumos que se les dedicaron tuvieron un sentido
especial para quienes a lo largo de estos años convivieron con ellos en estos espacios.

Exposiciones yalaltecas, teatro tacuate y textiles otomangues

En esta ocasión el programa de actividades culturales y artísticas que pudieron ser disfrutadas por todo el público incluyeron una exposición retrospectiva acerca de la vida y el trabajo pedagógico y literario de Mario Molina Cruz que llevó por título “Árbol de palabras” en referencia a uno de sus poemas; la presentación de una puesta en escena del grupo Teatro Tacuate basada en uno de los lienzos coloniales de la comunidad de Zacatepec; una segunda exposición que incluyó fotos históricas y textiles de Yalálag, así como piezas de la colección del Museo Textil de Oaxaca seleccionadas y exhibidas para representar la evolución y las relaciones de afinidad que existen entre las diversas lenguas otomangues y de éstas con sus vecinas. En el atrio del Centro Cultural San Pablo se desarrolló una expoventa de productos artesanales yalaltecas que en su disposición y aspecto se inspiró en una fotografía del mercado de Yalálag en los años 30 del siglo XX y en aspectos simbólicos de esta comunidad; en su forma de organización integró los conceptos contemporáneos de comercio justo y sustentabilidad. Este evento fue organizado por Remigio Mestas y Mayra Sánchez Viñas.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *