San Pablo: 10 años, 25 siglos y una exposición en camino
Autor: Demián Ortiz (BIJC).
Este mes se cumplen diez años de que el antiguo convento de San Pablo abriera sus puertas al público transformado en un lugar de encuentro con el conocimiento, la cultura y el arte. Ha sido un periodo tan lleno de vivencias y actividades, que resulta abrumador considerar que se trata tan solo del más breve y reciente capítulo de una historia colmada de sucesos y cambios.
¿Cómo podemos saber acerca de lo que sucedió en este lugar con el paso de los siglos? ¿Quiénes estuvieron aquí antes que nosotros? ¿Qué tan antigua es esa historia?
Cabe recordar que hacia el año 2005 el edificio del exconvento se hallaba oculto, fraccionado e irreconocible detrás de fachadas añadidas, arcos tapiados y muros sobrepuestos. Solo algunas personas informadas sabían que en esa zona del centro había estado el primer convento de Oaxaca, pero los detalles que se conocían de esa historia eran vagos e inconexos.
Durante los siguientes seis años, a la par que se llevaba a cabo la restauración, se desarrolló una amplia investigación con el objetivo de conocer la historia y características del edificio. El historiador Sebastián van Doesburg, al frente de un numeroso grupo de profesionistas, localizaba e interpretaba documentos y testimonios, mientras el arquitecto Gerardo Virgilio analizaba las evidencias que presentaban los muros y cimientos que se iban liberando, así como las escasas representaciones del convento en planos de la ciudad. Un tercer equipo se afanaba en el subsuelo: arqueólogos y antropólogos físicos —especialistas en reconstruir el pasado a partir de sus evidencias materiales— localizaron antiguos pisos, cimientos y tuberías; también hallaron una gran diversidad de objetos que, por azares del destino (o por voluntad de sus poseedores), quedaron enterrados, así como restos óseos de personas y animales.
Toda la información recabada, y su posterior análisis, resultó fundamental para orientar las decisiones y soluciones del proyecto de restauración. Además, permitió conocer muchos detalles acerca del lugar que ocupó San Pablo en la historia del Valle de Oaxaca, primero como sede de los dominicos y parroquia de los pueblos nahuas, mixtecos y zapotecos de los alrededores de Antequera y, posteriormente, como sede del Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca.
Se pensaba que las excavaciones arqueológicas revelarían testimonios acerca del establecimiento del convento. Si acaso, que se encontrarían vestigios relacionados con el pueblo de Huaxyacac establecido por los mexicas en el siglo XV. Pero lo que nadie imaginó fue lo que sucedió: se localizaron cimientos de piedra, entierros y ofrendas de cerámica que datan del año 500 antes de Cristo, la misma época en que Monte Albán estaba siendo fundada en lo alto de un cerro.
Así, las investigaciones que se realizaron en torno a la restauración de San Pablo vinieron a enriquecer e incluso a cambiar la historia conocida del centro de Oaxaca. Pero, además, permitieron recuperar una gran cantidad de objetos en los que esa historia se vuelve tangible. Esas piezas se estuvieron limpiando, restaurando e inventariando, mientras San Pablo iniciaba su nueva vida como espacio cultural. Luego permanecieron resguardadas hasta que, recientemente, la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova inició gestiones ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia para recibirlas en préstamo y generar una exposición que permitiera compartirlas con el público.
Estos meses en que la emergencia sanitaria ha obligado a un cambio de actividades, nos han permitido disponer del tiempo suficiente para reunir y analizar nuevamente toda la información y los registros, para luego diseñar y producir un proyecto expositivo en el que estaremos compartiendo una selección de las piezas recuperadas junto con algunas fotografías e información que las contextualice.
Los objetos de cerámica, que datan del 500 al 300 a.C., resultan piezas muy bellas que nos remiten a las prácticas funerarias, a los paisajes y a las formas de subsistencia de esa época. Además, se vinculan a un replanteamiento acerca del rol que tuvieron las comunidades del centro del Valle de Oaxaca en la fundación de Monte Albán y en los primeros siglos de su desarrollo.
El siguiente periodo con evidencias es el Posclásico Tardío, cuando el centro de poder zapoteco en el Valle se había trasladado a Zaachila y había asentamientos mixtecos y mexicas en la zona. Los pocos objetos recuperados nos permiten especular que el área donde se asienta San Pablo era en esa época, posiblemente, una zona poco poblada, quizá un área de cultivos del muy cercano pueblo de Huaxyacac.
Vinculados al siglo XVI y a la fundación del convento dominico se encontraron objetos de cerámica, figurillas y monedas que nos hablan de una época de contacto, mezcla y sustitución entre la cultura material de los recién llegados europeos y la de los pueblos que vivían en el Valle. En cambio, las piezas localizadas correspondientes a los siguientes dos siglos remiten por completo a la vida conventual y a los inmuebles que poseían los dominicos.
Del siglo XIX tenemos un interesante conjunto de objetos que refieren a una ciudad de Oaxaca con un rol protagónico en la vida política nacional y vinculada comercialmente con el mundo. Estos objetos son un vínculo tangible y entrañable con la historia. En particular, podemos observar los procesos diversos, importantes y antiguos que ha vivido el área del actual centro de la ciudad. La exposición se colocará en el interior de la biblioteca, en donde tenemos libros y documentos que son el complemento ideal para construir un conocimiento sobre el tiempo pasado y el presente de las culturas que han conformado al Valle de Oaxaca.
Tan pronto abramos nuestras puertas nuevamente al público, les estaremos informando para que, con las medidas de seguridad adecuadas, puedan disfrutar de tan magnífica exposición que preparamos para ustedes.