Catalogación de la Colección fotográfica Irmgard Weitlaner Johnson Un huipil chinanteco y un huipil mazateco

Catalogación de la Colección fotográfica Irmgard Weitlaner Johnson.

Dos relatos: Un huipil chinanteco y un huipil mazateco.

Autora: Roxana García (BIJC)

Boletín FAHHO Digital No. 5 (May-Jun 2021)



 

Un huipil chinanteco

La niña miraba inquisitiva la lente que la retrataba. En su pecho estaba el centro del mundo representado en triángulos y grecas.
Era una mujer firme porque en las alturas la sobrevolaban aves de dos cabezas, que eran su protección y su castigo.
Caminaba sin temor porque serpientes y coralillos la guiaban y la acompañaban.
Se comunicaba con las aves y las flores en su lengua chinanteca, ellas le hablaban de los nombres de las cosas y de los secretos de la selva.
La niña conocía secretos que sus abuelas y las abuelas de estas sabían y escondían en las manos habilidosas que tejían huipiles.
Los seres que habitaban Quetzalapa quedaban para la posteridad en la memoria de las manos tejedoras, en un huipil, en una fotografía…

 

Niña portando huipil de Quetzalapa (1936)

Un huipil mazateco

Una mujer se para frente a un grupo de ollas que pronto irán a servir en el fogón. Intercambia palabras en mazateco con otra mujer, decide llevarse a uno de los gallos. Hace las compras y regresa a su casa por un camino largo en el bosque, cargada de cosas. Mientras avanza, de a poco, las aves que adornan su huipil empiezan a desprenderse y a abrir las alas. Las enredaderas también se van liberando y se trepan a los árboles. Las flores van cayendo en el sendero que recorre. Finalmente, sus largas trenzas empiezan a enraizar y se vuelve una con el bosque, en el suelo solo ha quedado una enagua descolorida y un huipil en blanco.

 

Mujeres con huipil de Tenango (¿1940?)

A un año de que la Biblioteca Juan de Córdova dejara de brindar servicio al público, buscó la manera de seguir compartiendo información con sus usuarios. A raíz de esto, las actividades se diversificaron, se retomaron algunas que anteriormente habían quedado pausadas y también surgieron nuevas propuestas. Tal es el caso de la creación de un inventario de materiales en lengua ayuujk (mixe) que permitirá hacer búsquedas específicas para quien se interesa en dicho idioma; próximamente también habrá uno para la lengua mixteca. Aunado a esto, también se tradujo el reglamento general de la BIJC a la lengua ayuujk, disponible en la página oficial, útil para el público que desea conocer mejor el funcionamiento de este espacio.

Continuamos con la catalogación de la Colección fotográfica Irmgard Weitlaner Johnson, alojada en el Repositorio Digital de la BIJC. Esta colección, especializada en textiles, alberga más de 26000 fotografías estabilizadas y otras más que esperan este proceso para estar totalmente catalogadas. Es una labor que implica no solo poner la información que está a la vista, sino relacionar las fotografías y hacer un poco de investigación, pues el trabajo de la maestra Irmgard es muy extenso y abarca diferentes años y viajes. Ejemplo de su registro son las fotografías citadas al inicio de este artículo —y que en esta ocasión me inspiraron a una reflexión imaginaria más personal—, pertenecientes a la región Mazateca y de la Chinantla en la década de 1930, que próximamente estarán disponibles en el repositorio con sus fichas informativas. Este proyecto tiene el objetivo de difundir los diferentes textiles existentes, o que existieron, en México y otros lugares, como patrimonio cultural, pero también como una evidencia para los pueblos mismos que buscan conocer su historia y posiblemente recuperar los textiles que han quedado en desuso. Por lo pronto, aunque como hormiguita, el trabajo sigue. Anima saber que en un futuro cercano más personas podrán consultar las fotografías y conocer su contexto. Aquí, a puerta cerrada, se están gestando grandes cosas.