El Día Internacional de la Lengua Materna. La confusión entre los conceptos de ‘lengua materna’, ‘lengua indígena’ y ‘lengua minoritaria’

El Día Internacional de la Lengua Materna. La confusión entre los conceptos de ‘lengua materna’, ‘lengua indígena’ y ‘lengua minoritaria’.

Autor: Sebastián van Doesburg (FAHHO-UNAM)



En noviembre de 1999, la Asamblea General de la UNESCO declaró la fecha del 21 de febrero de cada año como Día de la Lengua Materna (DILM). La intención de la asamblea era promover la protección de la diversidad lingüística en el mundo, el plurilingüismo adentro de las países, regiones o sociedades y promover el reconocimiento de los derechos lingüísticos como parte de los derechos humanos. La Unidad 2 (“educando para una cultura de paz”) de la Resolución C 30/5 de la UNESCO, en que se anunciaba el DILM, estaba sobre todo enfocado al tema de la educación.[1]

En México, y especialmente en Oaxaca, territorio con una excepcional diversidad lingüística, la celebración de este día se ha convertido en un evento con relevancia política. Sin embargo, es muy común encontrarnos en los comentarios en redes y en la prensa con una confusión entre los conceptos de ‘lengua materna’, ‘lengua indígena’ y ‘lengua minoritaria’. Revisemos a qué se debe que la UNESCO usa la expresión ‘lengua materna’.

El origen de la declaratoria de la UNESCO se remonta a los sangrientos hechos del día 21 de febrero de 1952, cuando estudiantes de la Universidad de Daca fueron acribillados por la policía de Pakistán Oriental (ahora Bangladesh) por demostrar a favor de su lengua materna, el bengalí, que había sido ‘prohibida’ desde 1948, año en que el gobierno de Pakistán había declarado el urdú como única lengua oficial.[2] La muerte de los estudiantes catalizó el Movimiento por la Lengua Bengalí (reconociendo el 21 de febrero como Día de los Mártires) en una poderosa fuerza política que en 1956 logró el reconocimiento del bengalí -y su escritura derivada del devanagari- como lengua oficial de Pakistán Oriental. Con el tiempo, el movimiento condujo a la independencia de Bangladesh (“el país de la lengua bengalí”) en 1971. El bengalí es también una de las 23 lenguas oficiales reconocidas en la vecina India.

Ahora bien, el término “lengua materna” propuesto por la República de Bangladesh para la resolución es un tanto confuso y desafortunado, ya que no necesariamente significa una lengua discriminada e incluso puede ser una lengua agresivamente dominante. La lengua materna es aquella lengua que hablamos desde la casa, desde la infancia, la que nos enseñan los aduntos de la casa antes de los 3 años de edad. Hoy en día, para la mayoría de los oaxaqueños, la lengua materna es el español; incluso para muchos que hablan una lengua indígena como segunda lengua. Para los 44 millones de hablantes del bengalí en la Pakistán Oriental, el bengalí era su lengua materna y su uso público estaba siendo prohibido por el gobierno dominado por hablantes del urdú. ¿Pero porqué no aplicaron el término ‘lengua indígena’ o ‘lengua minoritaria’ al caso del bengalí en 1999, año de la resolución de la UNESCO?

21 de febrero de 1952, Universidad de Daca, Pakistán Oriental (Bangladesh). (Wikimedia Commons). Autor: Prof. Rafiqul Islam.

Las lenguas indígenas son aquellas que se hablaron originalmente y se siguen hablando en los territorios colonizados por los europeos en los años entre el temprano siglos XVI y el inicio de la Primera Guerra Mundial, cuando Europa controlaba 84% del mundo.[3] Al independizarse estos territorios durante los siglos XIX y XX, los creadores de los nuevos países generalmente optaron -bajo la ideología del nacionalismo- por conservar y promover la lengua del colonizador y discriminar las lenguas habladas al interior. Por lo mismo, el término ‘lengua indígena’ no dice absolutamente nada sobre estas lenguas mismas; sólo que todas comparten el hecho histórico de haber sido excluidas durante el proceso de la formación de los países a favor de la lengua del colonizador original (el español en nuestro caso, el portugués, inglés y francés en otras partes de las Américas). Las lenguas indígenas son las de aquellos pueblos colonizados que no pudieron formar un país propio durante el movimiento independista.

Esta situación era distinta en la Repartición de la India en 1947 y 1948, donde no se impuso automáticamente el inglés como la lengua del poder -lo que sí había pasado en Estados Unidos y Australia-, sino lenguas locales como el urdú (en Pakistán Occidental), el hindi (en la India, al lado del inglés), el cingalés y tamil (en Sri Lanka) y el birmano (en Birmania o Myanmar). Por supuesto, en estas situaciones se oprimieron múltiples otras lenguas -como el bengalí-, pero con la formación de la nación de Bangladesh en 1971, el bengalí se hizo la única lengua nacional, por lo que difícilmente aplica el término “lengua indígena”.[4]

Una lengua minoritaria es aquella lengua que, sin ser necesariamente indígena, se habla en menor número que la lengua dominante o mayoritaria en un país o región. Así, el romaní (de los llamados ‘gitanos’), el plautdietsch (de los menonitas) y el mixteco son lenguas minoritarias de México, pero sólo la última es también indígena. ‘Lengua minoritaria’ sólo describe la situación de la lengua en relación a la región considerada: el mixe es una lengua minoritaria en el estado de Oaxaca, pero no en el municipio de Tlahuitoltepec. Y con sus 44 millones de hablantes en la Pakistán Oriental en 1952, el bengalí -hoy la sexta lengua más hablada en el mundo- nunca fue una lengua minoritaria, sino la lengua dominante. Por lo anterior, la resolución de la UNESCO usa -un tanto desafortunadamente- el término “lengua materna”, aunque la redacción de la resolución revela que se refiere a todas las lenguas discriminadas, sean indígenas, minoritarias o maternas.

El objetivo de la resolución de la UNESCO es reconocer y promover la diversidad lingüística, el plurilingüismo y los derechos lingüísticos “como piedras claves para la sustentabilidad y la paz”.[5] El programa de la UNESCO busca particularmente “avances en la educación multilingüe apoyada en la lengua materna […] sobre todo en la educación temprana” y “más compromiso a su desarrollo en la vida pública”. Por lo mismo, es una declaración importante para el caso de Oaxaca, donde se concentra el 50% de la diversidad lingüística de México en términos de número de lenguas, aunque como país estamos en el número 186 de la lista mundial en términos de diversidad efectiva.[6] Un estado donde décadas de discurso sobre una educación bilingüe han producido sólo escasos resultados y donde seguimos luchando con la dificultad de incluir esta diversidad en el sistema judicial y de salud. Sobre todo, la presencia del Ejecutivo y del Magisterio en los actos oficiales de ese día debería representar más compromiso y responsabilidad política, más sinceridad y menos celebración mediática y simbólica.



Resumen:

-Lengua materna: su definición depende de la persona

-Lengua indígena: su definición depende de la historia

-Lengua minoritaria: su definición depende de la región



[1] http://unesdoc.unesco.org/images/0012/001206/120679e.pdf#page=184

[2] Esta particular protesta estaba dirigida contra la propuesta “reconciliadora” del gobierno de escribir el bengalí en la escritura arábica-persa usada para el urdú.

[3] En extensión se pueden incluir las lenguas minoritarias en los territorios de otros poderes imperiales o expansionistas, como los imperios de China y de Japón.

[4] Algunas lenguas tibeto-birmanas minoritarias habladas en Bangladesh se encuentran en peligro de extinción.

[5] https://en.unesco.org/international-days/international-mother-language-day

[6] El INALI reconoce 364 variantes de lenguas indígenas nacionales, ordenadas en 68 agrupaciones lingüísticas, 15 de las cuales se hablan en Oaxaca, representando éstas 176 variantes. Sin embargo, el 99.3% de la población de México habla el español, por lo que la probabilidad de que dos mexicanos escogidos al azar hablen dos lenguas maternas distintas es sumamente baja. Simons, Gary F. y Charles D. Fennig (coords.). 2017. Ethnologue: Languages of the World. Twentieth edition. Dallas: SIL International. Agradezco a Michael Swanton haberme pasada esta referencia.